«Nos dedicamos al teatro en cuerpo y alma, y también a nuestras cosas, a nuestras familias, a nuestros hijos...», comenta Ana Franco, de Valdefuentes. Ella es una de las tres actrices que componen De la Burla Teatro, la compañía que el viernes, día 21, será la primera en subirse al escenario de la Plaza de San Jorge dentro del Festival de Teatro Clásico.
Sus otras dos compañeras son la cacereña Marisol Verde y Elena Miguel, de Hervás. Las tres son apasionadas del teatro desde hace muchos años. Entre los personajes a los que han dado vida, Marisol ha sido la madre de Bodas de Sangre, Elena fue una de las mujeres que sufrió el drama de La Taberna de Cadalso, y Ana el alegre personaje de La Copla, que recreó la vida de Miguel de Molina que estuvo exiliado en Cáceres. Las tres se conocen desde hace 11 años, y después de hacer un curso de teatro en el Ateneo, decidieron en 2007 constituir la compañía De la Burla Teatro, con la que han destacado llevando a escena textos de Darío Fo, o presentando la última gala de los certámenes literarios de la Diputación.
Lo suyo es el teatro y hacen maravillas para poder subirse juntas al escenario. Una es funcionaria, otra interina y una tercera está en paro, pero no decimos cuál de ellas representa ese papel real, porque las tres afirman que eso no importa, «lo que importa es que a las tres nos apasiona ser actrices».
Tras hacer una representación en la Sala Dos del Gran Teatro, el director Juan Pedro González les propuso actuar en el Festival de Teatro Clásico, ellas se lo dijeron a Fulgen Valares y éste adaptó para ellas un monólogo que había hecho de una actriz del Siglo de Oro. El autor señala que las españolas fueron las primeras europeas en subirse al escenario, por lo que tuvieron que soportar que se les tratara como a prostitutas: tenían que dormir a una legua de los pueblos y no se les podía enterrar en sagrado.
La obra se llama Comediantas y según las tres cacereñas que se subirán al escenario de San Jorge, lo que se proponen es que el público se ría mucho y que también reflexione sobre los sufrimientos de las mujeres libres. Marisol Verde reconoce que para ellas estar en el Teatro Clásico «era un reto, un objetivo que vamos a conseguir».
Al preguntarles si están nerviosas, Ana responde con su habitual desparpajo: «Nosotras nos ponemos nerviosas siempre. Si no hay algo de tensión y de nervios, no va la cosa. Saldríamos al escenario como a tomar una cerveza y eso no. Nosotras somos actrices».